Atardecer al fin
como a las cinco de la tarde,
veintisiete pisos de horizonte gris;
al rato
una estrella fugaz
aterriza en aeroparque.
De la canilla sale el agua
y no piedras de colores,
que lástima. Ahora contamos las estrellas,
dos y ni una nube.
Después me pedís que me quede a dormir
pero mañana tengo cosas que hacer;
vivir en la ciudad es envejecer.
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1 comment:
ni hablar en el pais de las últimas cosas..
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