Pintarlo todo
con matices del color
que más te mueva,
con las manos y los pies
y las caderas,
pintarse también la remera,
el ombligo y algunas venas,
la pared en que se apoyan tus ideas,
los perros que faltan en las veredas,
las hojas del árbol que se cayeron,
el lado de la luna que no se ve.
Pintar el viento que me despeina
y el olor del café.
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1 comment:
ya vamos a pintarlo todo
de colores cálidos y fríos
al mejor estilo propio
(uno que encontraremos entre café y café)
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