Las horas
sobre baldozas
duran segundos
luego se quiebran
y la distancia
es tan transparente
que te atravieso
sin darme cuenta;
y queda el olor
de la canela,
queda el rumor
en formas y muecas,
sombras
y onomatopeyas;
por ríos chiquitos
avanza la sed
y las ideas
que los navegan,
como los pececitos,
también desean,
y besan el aire,
besan el aire y se secan;
¡pero que tontos!
no lo saben,
nunca se dan cuenta
que no hay barreras,
tal vez flequillos
y zapatillas inquietas
y algun desnivel
de vereda;
verdad que no me importa,
ya, que llueva.
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1 comment:
Uy no, que germine, voy a poner las ideas en remojo ya.
Che, son re chotos mis comments, pero realmente me gusta y quiero dejar una huella de feedback, aunque sea una chiquita, como de pata de escarbadiente si tuvieran patas.
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